La educación y la formación tienen una gran importancia basada en el conocimiento, ya que apoyan el crecimiento y el empleo al proporcionar una mano de obra muy cualificada además de fomentar la ciudadanía activa. Europa cuenta con un gran número de universidades que ofrecen gran cantidad de estudios y formaciones (que además están apoyadas por becas). La educación europea, es (o debería ser) un referente de calidad mundial.
Europa ha conocido a lo largo de su historia un nivel elevado de prosperidad, de cohesión social, de acciones a favor del medio ambiente y de calidad de vida, basada en valores comunes, como la solidaridad y sobre todo la justicia.
Es necesario que los jóvenes adquieran las capacidades, conocimientos y actitudes que les permitirán encontrar trabajo y hacer frente a los inesperados cambios del mercado de trabajo a lo largo de sus vidas profesionales. Los sistemas educativos desempeñan un papel esencial en la preparación de los jóvenes para el mercado de trabajo.
Otro factor importante es que, además de todas las diversas oportunidades que ofrece Europa, ésta, a su vez necesita de estos jóvenes que buscan esas oportunidades para abrirse paso en el mundo laboral. Según los cálculos de las Naciones Unidas, hoy en día en el mundo viven más de 510 millones de mujeres jóvenes y 540 millones de hombres jóvenes, lo que significa que aproximadamente una persona de cada cinco tiene entre 15 y 24 años o, lo que es lo mismo, que los jóvenes constituyen casi el 18% de la población mundial. La proporción de jóvenes en el mundo está disminuyendo y se prevé que este porcentaje se haya reducido al 16%.
Las causas del desempleo y subempleo de los jóvenes suelen atribuirse a varios factores entre los que se cuenta la demanda agregada, los salarios de los jóvenes, las reglamentaciones del mercado de trabajo, las leyes de protección del empleo, el tamaño de la mano de obra juvenil y la empleabilidad de los jóvenes. La influencia de estos factores tiende a variar significativamente en los diversos países y en función del nivel de desarrollo.
En definitiva, Europa es un continente formado por un conjunto de naciones desarrolladas, que permiten tener y ofrecer gran cantidad de oportunidades dirigidas hacia todas aquellas personas que las necesiten; pero sobre todo, a aquellos jóvenes que luchan por diversas expectativas. Además también es importante volver a recalcar que Europa también necesita de esos jóvenes para acabar con el desempleo y el “mal empleo” (como la contratación de inmigrantes, a veces ilegales, sin hacerles su contrato correspondiente, por parte de propietarios de empresas que necesitan mano de obra barata.
David Segovia
Jose María Pérez